domingo, 21 de noviembre de 2010

LLORAR


Cuando éramos niños llorábamos cada vez que había que llorar. Después, fuimos creciendo y aprendimos a reprimir aquél grito.
Al llorar liberamos nuestra impotencia ante una situación cualquiera, que nos agobia y angustia. Pero a la vez pedimos ayuda con mocos y lágrimas.
Es un natural acto de reclamo y liberación.
De hecho, algunos científicos sostienen que somos la única especie que llora por motivos emocionales.
Reímos... incluso hasta llorar.
A veces, cuando somos testigos de un breve acto de amor entre desconocidos, los ojos se riegan y brillan.
Con las pelis y culebrones... proyectamos y... ahí va el moco.
Esta forma de comunicación basada en respiración entrecortada, gritillos, muecas que nos deforman la cara, agua en los ojos y mas mocos, es uno de los actos de salud que nuestro cuerpo tiene para nivelar el nivel de cortisol.
Es decir, cuando lloro, el estrés baja. Por eso muchas veces nos dormimos agotados, como si hubiéramos corrido la maratón de Nueva York.
Por lo tanto, es bueno recordar, que ante todo el llanto es un acto de supervivencia para que nos calmemos, o alguien nos ayude ante la impotencia de la desolación, de la imposibilidad, o miedo de poder modificar lo que deseo modificar.
Las mujeres lloran más que los varones, es un hecho comprobado por los que hacen estas cosas, (científicos y estadistas los afirman).
Como varón diré, que lloramos menos que las mujeres, por el hecho de que somos mamíferos proveedores, y que el estrés lo manifestamos con otras herramientas: si muestro debilidad dentro de un grupo de machos, seré relegado en esa comunidad, y eso significa peligro.
Este proceso instintivo y básico dentro de las relaciones, se deformó en cultura, por eso sostengo que esta explicación no justifica la brutalidad o insensibilidad que caracteriza a algunos tipos de varones, que se jactan de su dureza y frialdad, por haber sido criados en un contexto retrogrado. Las mujeres de estos hombres lloran a escondidas...

Llorar hace bien. Entonces, si de repente vienen esas ganas inexplicables, hazlo, no te reprimas, estés en donde estés, ¡hazlo!.




sábado, 20 de noviembre de 2010

SILENCIO...habla jung.


“La soledad, es para mí una fuente de curación que hace que mi vida tenga sentido ser vivida. Hablar es a menudo para mí un tormento y yo necesito muchos días de silencio para recobrarme de la futilidad de las palabras”.
C.G.Jung

miércoles, 17 de noviembre de 2010

EL KARMA


Interlocutor: Las veces que hablo contigo, me siento contento porque de alguna manera me cuestiono muchas frases que repito sin reflexionar. Pero, por otro lado, me perturbo bastante. La sensación es extraña, de alegre incomodidad...
MT: ¿con qué te vienes ahora?
I: ...pues oigo mucho hablar sobre el Karma y no sé muy bien que es eso...
MT: lo primero que se me ocurre, es preguntarme a mi mismo, con que criterio voy a investigar.
I: es que si quiero saber algo, es porque tengo interés en...
MT: me refiero a que si voy a investigar desde el silencio o con todo el parloteo que las religiones, filosofías orientales, swamis, gurús, y demás andan diciendo sobre el karma...
I: ¿pero debo arrancar desde algo, sino cómo puedes inquirir en el tema?
MT: ¿voy en busca de respuestas que me consuelen, o alimenten mi vanidad?, ¿quiero saber para qué...? ¿que busco...?
Una cosa es la quietud de la investigación. Otra muy distinta es la ansiedad por obtener respuestas...
La una da sabiduría. La otra conocimiento.
I: vale, te pones pesado...ahora ya sé por qué cuando andas cerca me perturbo...Volvemos al Karma?
MT: desde dónde arrancamos...
I: ¿esta relacionado con los efectos o resultados que nuestras acciones provocan?
MT: En primer lugar diremos que es una corriente de pensamiento que se desprende de creencias religiosas orientales, budistas e hinduistas.
Está considerado como una ley de compensación de cada uno de los actos que los individuos realizan. Eso incluye las acciones y los pensamientos.
I: o sea es una ley de premios y castigos?
MT: despacio. Es una ley de compensación, repito, que no tiene el fin de castigar o premiar. Sólo es el instrumento de equilibrio. El karma carece de moral. Por eso sostengo que no hay premios ni castigos en las acciones, sino consecuencias resultantes.
I: Veo por donde vas. ¿¡Pero todo es así!?.
MT: cuando dices "todo" ¿a que te refieres? a la naturaleza o a las acciones de las personas.
También podemos describir el karma como la ley de "causa y efecto", tal como has dicho antes. A tal acción (causa) hay un resultado(efecto). Pero la diferencia entre estos dos conceptos estriba en que el Karma va más allá de la vida y de la muerte.
I: Ahora si se pone interesante...
MT: de alli, su vínculo inseparable con la creencia de la reencarnación. Tus acciones y sus consecuencias trascienden tu vida y se extienden hacia otros nacimientos posteriores. Este incesante nacer y morir es uno de los pilares de las religiones orientales. Así el proceso evolutivo está justificado. Ten en cuenta que estos dogmas sostienen al tiempo como espiralado o circular. Por el contrario, para otras religiones el tiempo es un concepto lineal: hay un creador único que es el principio y fin de todo. El es padre-madre y fin en si mismo.
I: ¿Karma y reencarnación son caras de una misma moneda?
MT: Es lo que llaman la rueda de samsara.
Otra palabra sanscrita que significa "rotación" y describe ese ciclo de ida-vuelta entre nacimiento y muertes...
I: pero entonces, estamos perdidos....¿cuál es el sentido, en definitiva de tanto nacer y morir?, ¿ es un ciclo interminable?
MT: recuerda que hablamos de creencia religiosa, y por lo tanto, ha de contener un profundo sistema moral. En estas creencias, el hombre se libera cuando llega a la sabiduría...es un iluminado. Acá vemos el rol del proceso evolutivo. En cada nacimiento te toparás con las mismas dificultades o desafíos que en vidas anteriores provocaron karma, si las superas, estarás listo para el siguiente escalón, así sucesivamente hasta que ya no reencarnas y vuelves a la fuente de origen... además funciona como instrumento de manipulación - como toda creencia-.
En definitiva, si no obedeces vas al infierno, según una o estás condenado al proceso de reencarnar, según otras.
I: vaya, deduzco que cometer karma es algo "negativo".
MT: la ley es compensatoria, por lo tanto, el karma puede ser de mérito o de demerito. Cuando las acciones o pensamientos están en el contexto "positivo" que benefician a todos los que participan, estarás generando karma de mérito, es decir "buen karma". Eso licuaría otras acciones "negativas" y se generaría un equilibrio.
I: se me ocurre que alguien violento en su manera y en sus acciones, reflexiona y a partir de allí cambia radicalmente y actúa en consecuencia, con generosidad, paciencia, etc.
MT: si el cambio es genuino, no hay dudas. Pero habitualmente los cambios se generan por conveniencia o culpa.
I: no entiendo este matiz...
MT: Las creencias y sobre todo, las creencias religiosas, con su rigidez moral de premios y castigos, convierten a sus seguidores en cínicos, hipócritas, especuladores, mentirosos, explotando el miedo y la ignorancia. Sus acciones están regidas por parámetros bastardos.
I: ¡eso que sostienes esta ofendiendo a muchos!
MT: estamos investigando, intentando ser serios. Lo que sostengo es un hecho. No pretendo de ninguna manera ser irrespetuoso, ni violentar a nadie...sólo reflexionemos sobre lo que es y pasa.
I: pero ¿existe algo que esté fuera de la ley kármica?
MT: Si dejamos aparcado todo el asunto religioso, la investigación se despliega y ofrece otras respuestas.
Veo, en primer lugar, que al decir Karma, además de hablar de resultados y consecuencias, hablo por sobre todo eso, de tiempo. De tiempo psicológico, es decir EGO.
I: se más claro
MT: el ego, el Yo, tiene sus raíces en el pasado. Allí encuentra su razón de ser, en cada una de sus experiencias, en cada registro de lo que le ha sucedido a ese Yo.
Puedo ver también que la entidad egocéntrica, es decir Yo, creará todo tipo de argumentos sofisticados para trascender mas allá del tiempo. La muerte es observada como el enemigo a vencer, y es en la fe, en la superstición o en la creencia religiosa, en donde encuentra los argumentos para llevar a cabo esta ilusión.
Cuando, entonces, hablamos de karma, de reencarnación, con todo tipo de terminología seductora o sofisticada, en realidad, es el Yo que ha armado un panorama ideal para estar siempre presente. Acá, allá y en todas partes.
Estas religiones llaman a esto que describimos Maya.
I: entonces ¿tu sostienes que nada de eso pasa? ¿que el karma es un sinsentido?
MT: creo que mal interpretas. Estoy intentando ver lo que es. No lo que la tradición dice que es.
La ilusión funciona en el marco adecuado. Todo el territorio del pensamiento psicológico, es decir, maya, la misma patria egocéntrica, es un área en donde la ilusión tiene sustancia.
I: tu estás diciendo que el pensamiento es todo ilusorio?
MT: el pensamiento es un movimiento material que crea una realidad absolutamente parcial. Esa parcialidad viene de nuestro pasado. Pensamos de acuerdo a registros que hemos vivido, y de allí construimos nuestra realidad. Por eso es indudable e innegable que la realidad es totalmente ilusoria. Es un pequeñísimo fragmento mío. Y a ese pequeño espacio Yo lo confundo o lo convierto en algo total, lo vivo como algo completo.
Decir que conozco la realidad es tan absurdo como sostener conocer la verdad.
El karma es ley dentro del campo del pensamiento. Y recordemos que el pensamiento se mueve desde lo conocido hacia lo conocido. Al ser sustancialmente tiempo, el karma transita por esa misma senda. Es importante recordar ahora que el tiempo psicológico y formal, no se puede separar del espacio, sea concreto o sutil.
El tiempo mental, el futuro, lo que vendrá, mis próximas vidas, son criaturas del ego. Y esta parcial y sesgada forma de vivir es la esencia misma de todo lo ilusorio.
Vivimos en lo irreal, por lo tanto yo soy irreal. Yo soy mi pensamiento, y ese pensamiento es en si mismo kármico...
La posibilidad de investigar sin pretender llegar a ninguna conclusión, nos permite continuar esa dinámica sin que se bloquee por la respuesta que satisface. Conectar con otro principio de curiosidad vital, cambia radicalmente el acto de saber.
De esta manera la fascinación por lo que descubrimos nos atraviesa, pero no nos pertenece. entonces algo se renueva profundamente.
La rotación, lo viejo se detiene.
Florece el dulce perfume de lo que muere.

domingo, 14 de noviembre de 2010

TANIZAKI...

junichiro Tanizaki

HERMANN HESSE


"Dijo entonces Govinda:
_Amigo mío, nirvana no es sólo una palabra. Es una idea.
_Una idea, puede que sí. Más debo confesarte, querido amigo, que no hallo mucha diferencia entre las ideas y las palabras. Y hablando francamente: las ideas tampoco me importan demasiado. Más me interesan las cosas. Aquí en esta barca, por ejemplo, mi predecesor y maestro fue un hombre, un santo que durante muchos años creyó simplemente en el río, y en nada más. Había observado que la voz del río le hablaba, de ella aprendió, la voz lo fue educando e instruyendo, el río era su Dios. Durante muchos años ignoró que cada viento, cada nube, cada pájaro cada insecto son igualmente divinos y saben y pueden enseñar lo mismo que el venerado río. Pero cuando este santo se marchó a los bosques ya sabía todo, sabía más que tu y que yo, y sin haber tenido maestros ni libros: sólo porque tuvo fe en el río.
Govinda dijo entonces:
_Pero eso que tu llamas "cosas" ¿es acaso algo real, algo esencial? ¿no será sólo una ilusión de Maya, simples imágenes y apariencias? Tu piedra, tu árbol, tu río ¿son en verdad realidades?
_Eso tampoco me preocupa mucho -repuso Siddharta-. Poco importa que las cosas sean o no apariencias; el hecho es que yo también soy apariencia y, por lo tanto, ellas son mis semejantes. Esto es lo que me las hace tan entrañables y dignas de respeto: son mis semejantes..."

viernes, 12 de noviembre de 2010

LA EVOLUCION Y YO.


A la mayor parte de la población, estoy seguro, le llamaría la atención que una o varias personas, anden por la vida sosteniendo que el mundo es plano. Si un individuo distraido se aventurase a caminar hasta la línea de horizonte, sostendrían que su destino sería la trágica caída en un abismo infinito.
Además la tierra, para ellos, es el centro de todo el universo...en fin.
Es ridículo sostener ese concepto. Indefendible. Sobran pruebas concretas para evitar tropezar con semejante disparate.
Sin embargo la tensión surge con el proceso evolutivo del ser humano.
Negar que el hombre es el producto de la evolución, está hoy día, en el mismo nivel de negar que la tierra es redonda. Y sin embargo muchos, muchísimos, millones, resisten a ese hecho.
¿hace falta citar el listado mágico que algunas personas u organizaciones sostienen sobre nuestro origen?...
¿Por qué razón necesitamos sentir que pertenecemos a algo inmenso, trascendente, eterno?
¿A qué se debe la resistencia de reconocernos tal cuál somos como especie?
¿por qué será que nos sentimos propietarios de toda la naturaleza, como si fuéramos nosotros los creadores de todas las partículas que nos rodean?

El biólogo español Francisco Jose Ayala escribía hace un tiempo: "...es posible afirmar hoy que ya no existen lagunas de conocimientos en la historia evolutiva de los organismos vivos. Las principales ramas del árbol de la vida han sido reconstruidas por entero y en muchos detalles. Cada mes se publican más y más ramas del árbol universal de la vida en montones de artículos científicos. La prácticamente ilimitada información evolutiva codificada en la secuencia de ADN de los organismos vivos permite a los evolucionistas reconstruir todas las relaciones evolutivas que conducen a los organismos actuales, con tanto detalle como se desee. Si se invierten los recursos necesarios (tiempo y gastos de laboratorio) uno puede tener la respuesta a cualquier pregunta, con tanta precisión como se quiera..."

Pero la creencia es más poderosa que un hecho irrefutable.
Y cuando la creencia siente peligro...puede convertir al hombre en el ser más destructivo de la creación.


miércoles, 10 de noviembre de 2010

LAS IMAGENES


Interlocutor: ¿cómo es posible que no seamos nosotros, sino una idea de nosotros? A mi me cuesta entender ese concepto de que somos imágenes..

MT: si lo investigamos, tal vez descubramos que eso que tu llamas “concepto”…no lo es, sino que es un hecho evidente.

I: para mi el hecho soy yo, con todo lo que eso implica. Y mi forma de ser, es la que me permite relacionarme con mis circunstancias.

MT: y esa relación, ¿cómo es? Es decir, ¿es total o depende de una serie de condiciones? ¿Cuándo me relaciono con alguien- sea esposa, marido, amigo, etc.- qué cualidad tiene ese vínculo?...¿es completo? O ¿está condicionado bajo una serie de requisitos muy frágiles y superficiales?

I: entiendo que en toda relación hay reglas, códigos, y que cuando se transgrede alguna de esas pautas, surge la fricción, el conflicto.

MT: Desde un punto de vista formal, no hay dudas que hay reglas y pautas. Horarios de trabajo, cumplir con responsabilidades adquiridas. No me refiero a eso, sino a la idea que uno tiene de cómo debería ser una relación…

En esta idealización es donde están las imágenes. Y son las ellas las que erigen reglas de convivencia de acuerdo a su propia medida.

Yo sostengo que esos pactos en las relaciones no son por el otro o para mejorar el vínculo, sino que se hace para evitar ser heridos. Es puro egoísmo.

I: yo no quiero que me hieran ni quiero herir..

MT: La imagen es la herida. Por lo tanto hay tensión cada vez.

I: pero sigo sin poder ver claro. ¿Por qué dices que soy una imagen?

MT: ¿cuándo tu mismo o alguien te llama por tu nombre, surge todo lo que tu eres, verdad? … tus recuerdos, experiencias, los registros de cada acto en tu vida, lo que sabes y conoces de ti, todo eso te ha formado y ha constituido a tu yo. A ese que eres…o sea que Tu YO es tu pasado.

I: entiendo a medias, porque cuando dices “tu Yo” siento que no hablas de mi, es como si describieras una entidad separada de mi.

¡¡Y YO soy todo yo!! No sé si me explico…siento que yo soy todo…

MT: pues claro que el YO se siente total, que él no es un fragmento, sino que es completo…

I: ahora si que estoy perdido…

MT: ¿Recuerdas nuestra charla de la polaridad y la sombra?

I: ah ya veo desde donde tenemos que empezar a investigar…

MT: pues si, tomemos eso como punto de partida…Y recuerdo que vimos que la dificultad comienza en el momento que nos identificamos con un modelo moral: “está bien ser trabajador, está mal ser vago”, “es noble decir la verdad, es innoble mentir”, “sacar buenas notas en el cole pone felices a mis padres, los insuficientes hacen que no me quieran”…y así podemos seguir hasta mañana.

Me identifico con lo que “esta bien” y la cara antagónica o sea la incorrecta o mala, la oculto dentro mío.

Tanto la parte buena, como su parte opuesta, son imágenes.

I: pero ¿por qué sostienes que Yo no soy lo total?

MT: Las imágenes son reacciones, y a la vez son contradictorias. Cuando dices “yo soy esto”, “yo soy lo otro”, te refieres a la totalidad de ti. La totalidad de ti es trabajadora, española, o lo que fuere. Entonces la imagen se transforma en una entidad con mucha importancia, ya que alega ser el yo completo, y surge la contradicción, cuando aparece otra imagen alegando ser lo total . Vivimos de reacción en reacción.

Esa cosa contradictoria y reactiva en su esencia, es lo que llamamos Yo.

I: es verdad, por ejemplo, yo me siento una persona totalmente trabajadora. Desde joven lo he hecho y no me asusta poner el hombro al trabajo. Los demás también me ven así. Pero cuando siento que me invade la pereza o que no quiero hacer nada de nada, aparece un enojo muy intimo. No me permito “perder el tiempo”…

MT: dos imágenes que se contradicen, eso es el conflicto.

I: ¡¡¡pero ese soy yo, no puedo ser de otra manera!!!

MT: despacio, ¿por qué deberías ser de otra manera?, lo que estamos haciendo es intentar conocer por qué vivimos en constante dolor y contradicción…saber de uno…Es importante comprender esto. Investigar sin buscar respuestas, ni llegar a resultados.

I: ahora si que la has complicado. ¿Para que quiero saber algo si no me va a dar respuestas o ayudar a cambiar? Siempre que hago algo es porque busco…

MT: ¡seguridad! Las imágenes deben sentirse seguras. Por eso primero idealizan un resultado y luego buscan los caminos para poder llegar a eso que ellas mismas necesitan para continuar.

Si invertimos esa ecuación, y simplemente investigamos sin la intención de llegar a ninguna conclusión, podremos llegar a ver mucho más allá de la pequeña área que construyen las imágenes.

I: o sea, saber por saber. El conocer algo por el conocimiento mismo. Sin pretender nada más .

MT: eso es, y allí está la clave de la creación de las imágenes. Ese conocimiento hace que ellas se sientan totales y completas. La imagen se identifica con el conocimiento.

I: ¿con cualquier conocimiento?

MT: todo lo que conoces, de manera formal, si se desborda al campo psicólogico, crea una imagen. “Yo soy español”, “yo soy trabajador”, “yo soy sacerdote”…son conocimientos con los que me identifico.

Por lo tanto, vemos que mientras mire todo lo que me rodea, de forma polar, o sea, elija un solo aspecto y me identifique con él. Mientras esconda en mi sombra lo que no quiero que nadie vea o sepa de mi. En la medida que considere que una parte mía hace mi totalidad, es un hecho que esa vida ha de ser una permanente contradicción, en donde la confusión y el dolor, deberán ser eludidos y resistidos, con los miles de evasiones que otras imágenes como Yo, han creado.

domingo, 7 de noviembre de 2010

EL SECRETO, eso que te pudre por dentro


Interlocutor: hemos escuchado tantas veces …“todos tenemos secretos guardados en nuestro interior”

Quisiera que habláramos de eso .

MT: ¿te refieres al secreto, o a la confianza depositada en otra persona?

I: vaya, me has confundido, es que si no confío en una persona, no le contaré mis secretos…eso es evidente.

MT: Por lo tanto vemos que intervienen dos aspectos, ¿verdad? La necesidad de quitar algo que nos pesa por dentro, y dar ese “paquete” a alguien confiable.

I: así es.

MT: y también intervienen dos actores, el que da y el que recibe.

I: si, eso es claro. Estamos hablando de que esos dos “actores”, como tu dices, son amigos. No me refiero a la relación terapeuta-paciente…

MT: entonces investiguemos despacio. La primero que me pregunto es ¿por qué razón un hecho o una situación vivida, no debe ser conocida por otro u otros? ¿Cuál es la causa de esa censura?

No me estoy refiriendo a hechos delictivos, o acciones sancionadas por alguna autoridad formal. Estoy preguntando ¿cuál es la causa de que una acción realizada por uno, se tenga que convertir en un secreto y que nadie deba saber nada de eso?

I: bueno, en mi caso, y creo que en el resto de las personas es igual…yo evito que se sepan aquellas acciones que a mi me avergüenzan.

MT:¿ sólo las que te avergüenzan?

I: ahora que lo preguntas…también otras acciones que me dan cierto orgullo morboso, pero es mejor que nadie sepa eso que he hecho….no estaría bien visto. También, se me ocurre ahora, que hay veces me entero de cosas, que si las cuento le haría daño a otros …cómo por ejemplo ser testigo de una infidelidad…

MT: Entonces comienzan a aparecer varias causas, verdad. Por otro lado, aquella persona depositaria de la confidencia también se siente “orgullosa” de ser ese o esa en quien se puede confiar lo más intimo o velado.

I: ahora se me ocurre que tu, con tus pacientes has de tener conocimientos de muchos de sus secretos. Ellos te toman como alguien confiable, para descargarse.

¿A ti te agobia esa carga que los otros te dan?…¿son tus secretos?

MT: no confundamos la confiabilidad que la profesión requiere como pilar de la terapia, por esa infidencia tan común entre amigos o conocidos.

Insisto en preguntarme como es que nace el secreto en el individuo. Tu dices que tal vez la vergüenza sea un factor.

I: eso hemos dicho, si

MT: ¿qué es la vergüenza?, ¿por qué me avergüenzo de algo que he hecho o dicho? ¿Hay dentro de mi un censor que está permanentemente determinando lo correcto de lo incorrecto, lo moral de lo inmoral, lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto…?

I: en este punto te podría decir, que todos tenemos ese censor. Esa voz interna que dicta y reprime..

MT: ah ese es el condicionamiento preferido y más cómodo: “todos tenemos ese censor”, pues yo estoy investigando contigo, quiero saber de que se trata esto de la vergüenza , los secretos, descubrir su mecanismo y si es posible, vivir sin ningún dictado represor de “esa” conciencia divisiva. Quiero ver si puedo estar libre de toda la censura íntima.

I: pero eso da miedo. Imagínate una persona que no tiene ninguna censura interna, sería un peligro para si y para la sociedad…

MT: despacio, yo sostengo que ese peligro explota debido a la auto-represión y a ese censor moral…esa estructura es muy especulativa, hace todo de acuerdo a lo que le conviene o no. Al premio o al castigo.

Alguien libre de ese esquema, no actuaría jamás de manera “peligrosa” para si ni para otros.

I: ¿quieres decir que alguien sin moral es menos “peligroso” que un individuo con moral?...quien escuche esto, diría que es un disparate!!

MT: veamos con cuidado. Decimos que una de las causas del por qué tenemos secretos es la vergüenza. Eso quiere decir que existen pensamientos, opiniones, o hemos realizado cosas, que no permitimos que se sepan, porque nos censuramos a nosotros mismos.

I: hasta allí te acompaño en calma..

MT: entonces, ¿de dónde nace el censor que llevo dentro, y hace que me reprima, que me calle u oculte hechos. Este censor, que soy Yo, con todas mis conclusiones, identificaciones, creencias, que es quien analiza lo bueno de lo malo en mis conductas…y que oprime mi respiración, con el agobio que provocan los secretos…por qué maneja mi vida y no me permite ser?

I: pero uno no va tan liviano por la vida contando a todos lo que hace, piensa o deja de pensar. Hay cosas que pertenecen a la privacidad, al mundo privado de cada uno. O ¿es qué todos debemos abrir nuestras vidas a quien sea? ¡Creo que sería muy peligroso hacer eso, con los depredadores que andan al acecho!

MT: La privacidad no es de lo que acá hablamos. Seamos claros. Evitemos más confusiones.

El mundo de lo privado y el de los secretos, son territorios bien distintos, aunque se suelen desdibujar sus fronteras.

I: pero ¿lo privado no es secreto?

MT: no necesariamente. Si podemos desarmar toda la madeja de lo que es un secreto, veremos claramente sus profundas diferencias con lo privado.

Permíteme volver sobre mis pasos y empezar desde otro sitio…

I: como tu quieras, estoy dispuesto a acompañarte..

MT: hemos dicho en otras ocasiones que buscamos permanentemente seguridad y placer, y que eso es la causa de la creación de imágenes. Es decir, que cada una de la imágenes me otorgan cierta seguridad, un sentimiento de profunda pertenencia, en donde hay protección. También hablamos que el conocimiento desbordado en el campo psicológico, es el que da origen a esas imágenes y ellas son las que reciben todas las heridas y el sufrimiento. Por lo tanto es evidente que cualquier relación tendrá una tensión permanente, habrá competencia y conflicto. Toda imagen estará siempre a la defensiva.

La imagen es miedo. Y si tengo miedo, voy a amurallar cada hecho o pensamiento “fallido” , detrás de mi mundo secreto.

Ese secreto, ese silencio, que en un principio considero que me protege y calma, termina pudriéndose dentro.

Quitar ese lastre pesado que llevo en la memoria, deshacer cada uno de los hechos que nos avergüenzan, es vivir con una nueva cualidad. Es descubrir que vivir sin miedo, es igual a no tener imágenes.

Entonces mi mundo privado, será una tierra que no conoce las fronteras del peligro.

Fotografia de Vic Liñan

miércoles, 3 de noviembre de 2010

BLAKE


... “si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna”. William Blake